Por desgracia, quien se lleva la peor parte en las situaciones de acoso escolar son,
lógicamente, la persona más débil o en condición de inferioridad: nos referimos a las
víctimas. Los principales efectos negativos del bullying en los niños y niñas que lo
sufren:
Baja autoestima, actitudes pasivas, trastornos emocionales, problemas
psicosomáticos, depresión, ansiedad, pensamientos suicidas, pérdida de interés por
los estudios, fracaso escolar, aparición de trastornos fóbicos, sentimientos de
culpabilidad, alteraciones de la conducta: intromisión, introversión, timidez,
aislamiento social y soledad, problemas en las relaciones sociales y familiares, baja
satisfacción familiar, baja responsabilidad, actividad y eficacia, síndrome de estrés
postraumático., rechazo a la escuela, manifestaciones neuróticas y de ira, faltas de
asistencia a la escuela e incluso abandono de los estudios.
Pese a que no les provoca un sufrimiento directo, como ocurre con las víctimas,
algunos estudios indican que los acosadores pueden encontrarse en la antesala de las
conductas delictivas. Aunque resulte paradójico, con su execrable actitud los
acosadores consiguen frecuentemente la aprobación y hasta la admiración de algunos
de sus compañeros, lo cual les hacen reforzar sus actitudes intimidatorias al lograr, al
menos momentáneamente, el éxito con las mismas. Este patrón de comportamiento
tiene las siguientes consecuencias: Falta de control, actitud violenta irritable, impulsiva e intolerante, muestras de
autoridad exagerada, imposición de sus puntos de vista y consecución de sus objetivos
mediante la fuerza y la amenaza.
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